La vida se puso guantes para nockearme y no avisó, vino por la espalda rápido, gélido aliento. Yo a veces esquivé su puño a tiempo y a veces no; a veces fui tan lento que me desmayó y otras veces falló.
Yo hoy porto cicatrices con orgullo de soldado.
Yo hoy porto cicatrices con orgullo de soldado.
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